Vasya se pasaba el día educándose para ser un niño ruso como es debido…, hasta el día en que su tía le regaló una pequeña caja de madera, llena de pinturas. Vasya mezcló el rojo con el amarillo, después el rojo con el azul. A medida que cambiaban los colores, oía un susurro… ¡Vasya oía cantar los colores!
«Veía todos los colores en mi cabeza, los tenía ante mis ojos. Líneas salvajes, casi enloquecidas, se dibujaban frente a mí…», Vasily Kandinsky.