Siempre había pensado en el dolor como en algo impersonal y neutro. Nunca hubiera imaginado que podía adoptar tantas formas, y mucho menos que tú pudieras ser una de ellas. Pero te escurrías entre mis sueños como arena entre mis dedos, desapareciendo un poco más a cada momento. Cada segundo que pasaba te tenía un poco menos. Tenía un poco menos de ti. Como el moribundo que se desangra lentamente, fuiste goteando de mi cuerpo sin que tuviera manera de retenerte conmigo. |