Lo que convierte estas memorias en un texto digno del comentario de Apollinaire —y no es una simple narración de experiencias eróticas— es su categoría de meditación sobre las relaciones sexuales, sus represiones, sus conflictos, sus obligadas astucias, así como de reflexión sobre las costumbres sexuales en los distintos países que recorre a lo largo de estas confesiones. Memorias de una cantante alemana, publicadas por primera vez en Altona en 1862, sigue siendo el libro más apreciado de la literatura erótica germana. Han sido atribuidas a la famosa cantante Wilhelmine Schröder-Devrient quien, junto a la Sonntag, arrancaba las máximas ovaciones del público de su tiempo. Estas fueron concebidas en forma de cartas dirigidas a un médico de renombre en su época, el único que, según la autora, no pretendió jamás sus encantos. |