Lola quiere ser buscadora de tesoros. Un día cae en sus manos un mapa de un lugar remoto donde se esconde uno. No tiene ninguna brújula que señale el norte, pero, decidida a encontrarlo, tomará el camino desconocido que cruza la tierra de la pereza, el alboroto y el miedo para hacer realidad su sueño. Su historia invita a los más pequeños a familiarizarse con la incertidumbre, a transitar los obstáculos del camino y a conar en la intuición. La brújula que llevamos dentro es el auténtico tesoro y encontrarlo hace que no nos perdamos en la aventura que es la vida. |